¿Cómo afecta la vestimenta en el trabajo?
En muchos puestos de trabajo se establece un código de vestimenta. Esto dictamina qué es lo que está permitido en los atuendos de los trabajadores para no influir en la identidad empresarial. En algunas ocasiones son uniformes preestablecidos y en otros es de libre elección dentro de unos parámetros.
Desde Roger, vamos a hablar de los motivos que llevan a las empresas a utilizar uniformes o un código de vestimenta para ir a trabajar.
Los motivos por los que usar un uniforme
Muchas veces los uniformes son indispensables por el tipo de trabajo que se va a realizar. Este es el caso de aquellas personas que llevan ropa reflectante y de alta visibilidad o los que necesitan protección, como ocurre con los soldadores que necesitan ropa ignífuga. Todos ellos deben de utilizarlos para cumplir con las garantías de seguridad laboral.
Por otro lado, también existe la parte más emocional. En algunas empresas los utilizan para generar un sentimiento de pertenencia en la empresa o de no sentirse excluidos con respecto al resto.
Por último, está el factor de ahorro. Las compañías deciden imponerlos como requisito para trabajar porque así sus empleados no pierden tiempo escogiendo las prendas que se pondrán ese día, y se lo dedican al trabajo.
El porqué del código de vestimenta
A la hora de llevar a cabo tu carrera profesional en una empresa debes de tener en cuenta una serie de características a la hora de escoger tus prendas de ropa con las que ir a trabajar. ¿Cuál es el motivo? Pues que de esta manera la empresa refleja en sus trabajadores los valores, creencias y propósitos que tienen. Por ello, en Roger ofrecemos una amplia variedad de estilos, acabados, materiales aptos para cada industria o compañía.
En algunas ocasiones, este código se ve afectado si el empleado trabaja en la oficina o fuera de ella. Por ejemplo si está en la oficina puede tener un aspecto más informal que si acude a una reunión con unos clientes, donde aplicará el código profesional que transmita lo que hemos mencionado anteriormente.
En definitiva, las vestimentas preestablecidas por las empresas intentan eliminar las desigualdades de los trabajadores. Ambas opciones, el uniforme y el código, se utilizan para promover el trabajo y el espíritu de equipo así como un mayor porcentaje de seriedad. Lo que desemboca en un mejor trabajo, mayor productividad y en algunas ocasiones un aumento de la disciplina.
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